domingo, 20 de abril de 2008

Tras el incendio



En la excursión de ese día, volvia después de más de 10 años a visitar un pequeño pueblo, de la provincia de Sevilla, pero rodeado por la de Huelva, llamado El Madroño, que no visitaba desde hacía más de 10 o 11 años, cuando un grupo de amigos, que realizabamos una ruta en bici, desde Oviedo en Asturias hasta Matalascañas en Huelva, más de 1.300 km siguiendo la antigua Ruta de la Plata (más o menos).


Este pequeño pueblo, enclavado en unos fertiles y verdes valles anexos a la cuenca minera de Río Tinto, nos acogió en su día con los brazos abiertos, preparandonos incluso la cena en el bar del pueblo, con cosas que tenian en sus casas, ya que allí, nadie acostumbra a cenar en el bar y nosotros no teniamos ya ni un solo trozo de pan que poder acercar a nuestras hambrientas bocas despues de más de cien kilometros de atravesar sierras en bicicleta cargados de alforjas.


La desolación me llegó el otro día, al comprobar los rastros dejados por el pavoroso incendio que se declaró en la zona en julio de 2004 y que obligó a evacuar durante unos días a los habitantes de la población.


Aquí os dejo una panorámica, en la que se aprecían los montones de toneladas apiladas aun de madera quemada una vez limpiado el monte esperando su incierto destino.


El pueblo que se ve en la segunda panorámica, en el lado derecho es El Madroño.


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