jueves, 17 de junio de 2010

Anochece en Conil de la Frontera



Hay una cosa que me relaja un monton, y es pasear al píe de la playa, escuchando el rumor de las olas, sintiendo la brisa marina en mi cara, contemplando la puesta de sol sobre el infinito del mar.

Existe también un lugar donde esta sensación me llena de gozo, si a eso le añado mi obsesión creciente por la fotografía, pues todo está hecho.

Me pierdo durante horas, con los píes en el agua y el trípode en la mano, buscando, rebuscando, mirando, analizando por donde, como, cuando se escaba ese último rayo de sol que dora con su luz mi alrededor.

Momentos indescriptibles de paz interior.

Aquí podéis ver algunas de esas sensaciones constreñidas en los margenes de una foto.

1 comentario:

Esther Bahi f o t o g r a f i a dijo...

Si la fotografia, se combina con un buen paisaje y un paseo relajante, eso es lo máximo.
En saludo, feliz verano.